El Negrete es una vibrante reinterpretación del clásico Negroni, infundida con el espíritu y los sabores auténticos de México. Sustituyendo la ginebra por tequila, este cóctel ofrece una experiencia ahumada e intensa que rinde homenaje a la rica tradición de destilados mexicanos. Al combinarlo con un exquisito vermut de Jerez, el Negrete se convierte en una obra maestra de equilibrio y complejidad, ideal para quienes buscan una aventura de sabor única.

Ingredientes

• 1 oz (30 ml) de tequila (blanco o reposado, según preferencia)
• 1 oz (30 ml) de vermut rojo (recomendamos un Vermut de Jerez para una profundidad inigualable)
• 1 oz (30 ml) de Campari
• Hielo
• Rodaja de naranja quemada o deshidratada para decorar

Preparación (Paso a Paso)

1. Enfriar el vaso: Llene un vaso Old Fashioned (o vaso bajo) con abundante hielo. Remueva el hielo con una cuchara de bar para enfriar el vaso y luego deseche el exceso de agua.
2. Añadir los licores: Vierta el tequila, el vermut rojo y el Campari directamente sobre el hielo en el vaso.
3. Remover suavemente: Con una cuchara de bar, remueva los ingredientes durante unos 20-30 segundos para que se mezclen bien y se enfríen a la perfección. La dilución es clave para un Negrete equilibrado.
4. Decorar: Decore el cóctel con una rodaja de naranja quemada o deshidratada. El aroma cítrico y ligeramente caramelizado de la naranja quemada complementa maravillosamente las notas ahumadas del tequila.

Historia y Origen

El Negrete, al igual que el Oaxaca Negroni, es una creación moderna que surge de la creciente popularidad del tequila y el deseo de los bartenders de fusionar tradiciones cocteleras con ingredientes locales. Aunque el Negroni original es italiano, esta variante mexicana celebra la riqueza cultural y la diversidad de sabores del tequila. Es un testimonio de cómo los clásicos pueden evolucionar y adaptarse, creando nuevas experiencias que resuenan con la identidad de un lugar.

Maridaje y Ocasiones

El Negrete es un cóctel con carácter, ideal para ser disfrutado en ocasiones especiales o como un trago de contemplación. Su perfil ahumado y amargo lo hace un excelente acompañante para platillos con sabores intensos, como carnes asadas, moles complejos o incluso postres con chocolate oscuro. Es perfecto para una noche de tertulia, una celebración con amigos o simplemente para explorar nuevos horizontes de sabor.

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