La hora del vermut: un ritual con historia que conquista México

Hay tradiciones que no pasan de moda, solo esperan su momento para volver con más fuerza. La hora del vermut es una de ellas. Nacida como una costumbre social europea, con raíces particularmente profundas en ciudades como Madrid, este ritual ha cruzado fronteras para instalarse en el corazón de quienes saben disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Hoy, México se suma a esta tendencia con entusiasmo y estilo propio.

El origen de una costumbre con sabor

El vermut (o vermouth) tiene una historia que se remonta al siglo XVIII, cuando se comenzó a elaborar en Italia y Francia como un vino macerado con hierbas aromáticas, flores y especias. Su nombre viene del alemán Wermut, que significa ajenjo, una de sus plantas clave. Aunque nació como una bebida medicinal, no tardó en convertirse en el aperitivo por excelencia en las grandes ciudades europeas.

Pero fue en Madrid, a finales del siglo XIX y principios del XX, donde la hora del vermut adquirió un carácter icónico. Las tabernas madrileñas comenzaron a servir vermut de grifo directamente de la barrica, a temperatura fresca, acompañado de aceitunas, boquerones en vinagre o conservas del mar. Así nació un ritual castizo, elegante y desenfadado a la vez: el momento del día reservado para disfrutar antes de comer, para convivir, brindar y abrir el apetito.

Madrid y el vermut de grifo: una historia viva

Caminar por barrios tradicionales de Madrid como Lavapiés, Malasaña o Chamberí es descubrir cómo el vermut se mantiene vivo en cada barra de bar, en cada cañita que lo acompaña, en cada conversación de sobremesa. Los domingos al mediodía, la ciudad se detiene para rendirse ante una copa oscura, aromática y ligeramente amarga que despierta los sentidos. El vermut de grifo madrileño no es solo una bebida: es un símbolo de identidad, de comunidad y de buen gusto.

Este vermut, servido directamente del barril, suele elaborarse con vinos macerados con ajenjo, canela, clavo, naranja amarga y otras especias que varían según la casa productora. En Madrid, la receta se guarda como un secreto bien protegido, y cada vermutería tiene su sello particular.

El regreso del vermut: de Europa a México

En los últimos años, el vermut ha experimentado un renacimiento global. Las nuevas generaciones redescubren su versatilidad, su carácter artesanal y su conexión con una forma de vida pausada y placentera. En México, esta tendencia ha comenzado a consolidarse en bares, terrazas y casas que buscan recuperar el espíritu del aperitivo con un toque europeo.

Y aquí es donde entra el vermut de Jerez: una versión andaluza que eleva la experiencia. A diferencia de otros vermuts, el de Jerez se elabora con vinos generosos como el Oloroso o el Pedro Ximénez, envejecidos bajo el sistema de criaderas y soleras. El resultado es un vermut con cuerpo, intensidad, dulzor equilibrado y una profundidad que solo el tiempo puede dar.

Este vermut jerezano marida a la perfección con la gastronomía mexicana. Desde unas tostadas de mariscos, hasta tacos de cochinita o quesos de cabra con mermeladas especiadas, cada bocado encuentra en el vermut un aliado ideal.

En el corazón de Guanajuato, El Club del Vermut ha convertido esta tradición europea en un ritual con alma mexicana. No importa si lo prefieres en las rocas o con un toque creativo de mixología: cada encuentro es una celebración. Desde marzo, cuando todo comienza con pinchos, copas y música, hasta las catas improvisadas en terrazas históricas, este club no deja que el vermut pase desapercibido.

Y no es el único. En la Ciudad de México, bares como Salón Rosetta y Bósforo también han comenzado a reservar esa hora sagrada del día para servir vermuts nacionales e internacionales, acompañados de aceitunas, quesos, y buena charla. Porque aquí también entendemos que la vida sabe mejor cuando se toma con calma… y con vermut en mano.

En México, la hora del vermut ya tiene club, ritual y espíritu. Solo falta que tú levantes la copa.

Cómo vivir la hora del vermut en México

No necesitas estar en Madrid para vivir la hora del vermut. Solo necesitas el momento, la compañía, y claro, un buen vermut. Aquí algunos consejos para hacerlo inolvidable:

  • Sírvelo frío, en vaso corto o copa de vino, con un par de hielos, una rodaja de naranja o limón y una aceituna.
  • Acompáñalo con botanas saladas: almendras, papas fritas artesanales, aceitunas rellenas o tapas mexicanas reinterpretadas.
  • Anímate a preparar cocteles clásicos como el Negroni, el Adonis o el Vermut Tonic, donde el vermut brilla con luz propia.
  • Elige vermuts elaborados en Jerez si buscas una experiencia más compleja y elegante.

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